jueves, 23 de marzo de 2017

La decisión...

Se asomó sola por la escotilla para ver amanecer. 
Por sus dedos, se deslizaban las cuentas del rosario de madera que se llevó cuando abandonó el convento. 
-Tercer misterio, dijo, y elevó la mirada al cielo buscando una señal cómplice. “Si veo una nube, una sola, es que he hecho lo correcto, y si veo dos, es que me va a salir todo bien”. 
Al volver sus ojos a las cuentas, atisbó,  en el horizonte, dos cuerpos plateados que se zambullían para volver a salir, con movimientos sincronizados perfectos. 
-Una hembra y su cría, pensó.
Se acarició el vientre. 
Tú y yo también nadaremos juntas, cariño.
E.Q.B.

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