miércoles, 5 de abril de 2017

La Orilla...

Tú eres el mar, y yo tu orilla. Así me siento, y así hoy vivo. Estoy. Existo plenamente para sentir tus roces, ¡oh! agua salada que me mojas al besarme, que te vas para volver, y en tu ida me dejas toda tu sal, toda tu esencia. Y cuando vuelves, ya no eres la de antes. Eres renovada. Y yo permanezco quieta, inmóvil, esperando que con tu golpe me modifiques.
¡Cuánto calor y cómo deseo tu frío! Tu vaivén me descoloca y tardo en recuperar mi sitio. 
Soy una orilla llena; llena de  mis sentimientos, de mis locuras, de mis deseos por alcanzar la otra orilla y juntarnos las dos. ¿Un imposible? Pues si deseo lo imposible, que muera con el deseo en mis labios, y que ese deseo sea el más bonito de los besos que te regalo de noche para que lo disfrutes de día.
¡Ay, mar en calma y mar bravo! Cúbreme toda entera. Mójame y que tu sal me resbale y que sea chupada hasta desaparecer.
E.Q.B.

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