viernes, 12 de mayo de 2017

La Barca...

A
 veces imagino que las cosas me ven, a mí y a todos, las cosas tal y como las entendemos, con sus volúmenes y formas. Les pongo ojos donde me da la gana; a algunas brazos y piernas. Y en ocasiones, hasta una pila que les permita tener sentimientos. 
Y así pensé de la barca que aparece en este blog. Estaba “depositada” sobre un césped de un paseo marítimo.
Por delante de "ella" hemos pasado montones de almas; unas, para reducir el colesterol; otras, para bajar algún kilo; otras, corriendo, o en bici, (ay perdón, haciendo running y powerwalking y cicling, asi que reducing-colesteroling y burncaloring – hay que joderse). Otras, detrás de niños que corrían a los columpios cercanos, paseaban perros o simplemente paseaban. Da igual.
Me apuesto un brazo, y no lo pierdo, que exceptuando el turista despistado tira-fotos, ninguno nos habíamos percatado de la existencia de la barca, más allá de pensar en el chisme éste que hay que bordear, que me quita algo de vista, que está algo vieja y descuidada, que acércate perrito y levanta ahí la patita. Y mientras tanto, ella, y me apuesto el otro brazo, mantenía un recuerdo de todos nosotros; de los tortolitos que ayer iban de la mano y se besaban a su lado y hoy ya empujan un carrito de bebé; del matrimonio mayor que iba y volvía a paso lento y que un día dejaron de ser dos; de las chicas y sus risas contagiosas que hacían estremecer los tablones de más de uno (los de la barca también), y de los chicos y sus silbidos al paso de ellas. Los gritos y llantos de los unos y las otras…, en fin, recuerdos de nuestras vidas. 
Hoy ya no está. Y al parecer no la han “depositado” en ningún otro sitio donde pueda ver “people” haciendo “peopling”.
Es para mí un orgullo que la fotografía que elegí un día como identificativa de mi blog, sea la constancia, al menos en este marco, de su existencia. 
E.Q.B.

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