martes, 8 de mayo de 2018

FELICIDADES ADOLFO BERNALTE


Y
 siempre es ABRIL.
Abrí y miré a través de aquella ventana.
Sabía que era la última vez que el viento me traería tus besos.
Respiré hondo, y con el aire entró tu dulzura.
Dejé que me invadiera y que me poseyera
Ahí estabas tú, tan dentro de mí como ayer,
Como siempre.
Y dejé que corrieras por mis venas,
Y que como oxigeno llegaras a mis pulmones,
Para después exhalarte,
Y con mi aliento escribir TE QUIERO.
Y así te fuiste, con el viento que se llevó mis letras.
Volví a mirar por la ventana. Nunca más la cerré, por si volvías.
Ya, siempre, es ABRIL.
E.Q.B.

TARDES DE PARQUE


E

n estas tardes de soles luminosos, y con mayo a punto de explotar, cuantos recuerdos entrañables me vienen a la mente de aquel parque. ¿te acuerdas? Sin citarnos, los de la panda íbamos apareciendo poco a poco. Cada uno con nuestro bocata. Nos sentábamos en la piedra de la morera, o a la entrada, donde el puesto de pipas del cojo. Antes de dar el último mordisco ya habíamos echado a pares y nones para el rescate, o para el partido de futlbol, o para batear. Lo que se terciase. Algunos se quedaban hablando de ¡vaya usted a saber qué aventuras!. Todas las tardes éramos los mismos, pero ninguna tarde era igual. Esa era la magia. Precisamente esa, la maravillosa falta de monotonía.