U
n abrazo no tiene ningún coste, pero ¡hay que ver todo lo que provoca!
- Da un gran calor sin que suba la factura eléctrica.
- Despide Esencia de Cariño, con lo que embriaga la estancia, sin uso de ambientadores.
- Aumenta la confianza, sin pagar más pólizas de seguro.
- La dosis de comprensión que manejas es tan alta, que no hay psicólogo que lo iguale.
- Es el mejor compuesto químico de felicidad conocido, que ni te pinchan ni te tomas.
- Es el símbolo de RECONCILIACION UNIVERSAL, sin cuota de pertenencia a organización.
- Es tan mágico, que produce sonrisas y lágrimas sin ir al cine.
- Y, en definitiva, es tan maravilloso, que hace que los seres humanos fundidos en un abrazo viajen a las estrellas sin pagar un euro por ese increíble viaje.
-El mundo no necesita más por menos.
E.Q.B.
jueves, 30 de noviembre de 2017
viernes, 17 de noviembre de 2017
QUIERO VIVIR...
- Anda, Mariluz, arréglate y baja a por el pan.
- No, mamá, no me apetece.
- Anda, que si no tengo que bajar yo y estoy liada en la cocina. Arréglate.
- Mamá, te digo que no me apetece. No me apetece salir a la calle. No me apetece que me vea nadie y no quiero ver a nadie. Quiero estar aquí, en mi cama, en pijama, mirando al techo. A ver si baja la araña esa que está en la esquina, y me come de una vez. Total, para lo basura que soy, para la basura en la que me han convertido.
- ¡Pero nena, tendrás que salir! Hay mundo ahí fuera. Hay más gente, y gente buena, gente que se respeta a sí misma, y a los demás. Tienes que superarlo poco a poco. Vístete. ¡Y nada de chándal!
- Ah, no. Yo falda no me pongo nunca más.
- Mira, ponte el pantalón gris que tanto se lleva y el jersey rojo. Anda, date prisa que le queda poco a la comida. Y compras unas pastas para después con el café.
Y Mariluz, sin ganas, se vistió. No se miró al espejo. Le daba igual su aspecto. Desde aquella noche en el portal, en la que aquellos cinco salvajes decidieron someterla, todo le daba lo mismo. Se preguntó mil y una veces, después de aquello, por qué nos les dio más patadas, por qué no les arañó más, por qué no grito más. Pero es que eran cinco… Cinco con los que ella creía que iba a compartir un cigarro.
¿Si hubiera sido uno sólo? ¿Y yo que sé, Mariluz? Quizá usando algún arte oculto lo hubieras engañado y en el engaño salir corriendo. ¿Yo que sé? Pero escapar de cinco….
Y Mariluz, sin ganas, bajó a comprar el pan.
Al salir del portal se encontró con Verónica, Vero, su amiga del segundo, la que siempre había estado ahí, la que lloró con ella a gritos la mañana después de aquella noche, la que le pedía todos los días una sonrisita para la hucha.
- ¡Joder, Mariluz, qué susto! ¿Te has visto? ¡Hasta legañas llevas! Te acompaño donde vayas. A cambio tú te vienes conmigo de cañitas. Sólo una. Por fis, por fis. Sólo una, prometido.
Y ya metidos en vereda, Mariluz se fue de cañas. De sólo una. Y cuando oyó: “Mariluz, ¿lo de siempre, cañita con pinchito de morcilla?” Mariluz entendió que la vida continuaba, que la habían violado, pero no matado, que seguía viva, que los de su barrio seguían en el mismo sitio. Y que si no le echaba valor a la vida, si no seguía VIVIENDO, la violación iba a durar 365 noches.
Y entre chiste y chiste, y risas, y cotilleos de Vero, fueron “cayendo” las cañas.
Sonó su teléfono. Era su madre. Preguntaba por el pan.
- Mamá estoy con Vero tomando unas cañas en “EL RINCONCITO”.
Y ahora fue su madre la que lloró. La que gritó llorando. La que se rindió de rodillas para dar gracias, simplemente porque su hija, por fin, había ido de cañas con Vero.
E.Q.B.
miércoles, 25 de octubre de 2017
Ella...
No puedo evitarlo. Lo he intentado, lo juro, pero su penetración en mi
mente ha anulado todos mis sentidos. Esa mujer me ha vuelto loco. No dejo ni un
minuto de pensar en toda ella, ni de desmigajar sus partes para acariciarlas con
mi imaginación. La veo abriendo los labios y, sacando su lengua húmeda, mojarse
el labio de arriba. ¡Uff!, el labio... Tantos labios… . Mientras, me entretengo
mirando la curva de su cuello, que es
igual a la de su cintura, esa que yo agarro fuertemente, para atraerla hacia mí,
para encajarla en mí. Y cuando pienso que la tengo así, encajada de frente, noto
sus pezones duros sobre mi pecho, noto su roce al mover sus hombros. Al
deslizar mi mano sobre sus caderas, y
percibir su vaivén, yo también empiezo a balancearme, de un lado al otro y de
atrás hacia delante.
Hace ya tiempo que mi pantalón
estalla. Y sé cómo se siente ella cuando
lo nota. Sé exactamente lo que le pasa por su cabeza. Y entonces, arrimo mis
labios a su oído, para pasarle mi lengua
antes de susurrarla: “te quiero”. Y mi
corazón se pone en alerta, esperando oír un “te amo” que surja de su boca. Y lo
dice. Y yo me vuelvo loco. Y sólo pienso en derramarme dentro de ella, y notar
que ella también me vierte lo suyo. Y es toda esa mezcla de fluidos la que me hace
estar vivo, sentirme vivo, VIVIR. Oh, sí, vivo por ella. Para ella. Y por mí,
porque nunca me sentí mejor.
jueves, 21 de septiembre de 2017
Sin darse cuenta...
La ventana que usaba Noah algunas noches era de esas con muchos
cristalitos y molduras en medio. Para su madre era un infierno
limpiarla. El picaporte estaba suave, con lo que al chavalín no le
costaba nada bajarlo. Su problema era no hacer ruido al acercar la silla
a la pared, pero una vez conseguido, subirse a ella, abrir la ventana y
extender los brazos era facilísimo. Esta acción la repetía cada noche
que había luna llena. El disco blanco siempre le llamó la atención, pero
había sido ese invierno, recién cumplidos los seis años, cunado Noah
empezó a asociar la redondez de la luna con su necesidad de gritarle
algo a alguien desconocido y además en silencio.
Probó en varias fases, y definitivamente concluyó que con luna llena su necesidad llegaba a la máxima plenitud. En ese momento, un grito le brotaba desde allí dentro y se le escapaba del cuerpo aún con la boca cerrada, y extendía los brazos y las manos y los dedos, porque así eran diez gritos a la vez. Y diez eran los gritos que le conetestaban. Y cuando los recibía, cerraba los puños con fuerza, para interiorizarlos, para quedárselos para siempre. Eran su gran tesoro. Y también eran su necesidad. No entendía por qué no había luna grande y gorda todas las noches.
Cada grito suyo era el nombre de uno de sus compañeros de
manada. Los llamaba por su nombre y ansiaba la respuesta de cada uno,
porque así sabía que estaban ahí, esperándole, detrás de las lomas
lejanas. Los gritos que recibía eran la confirmación de su esencia, de
su verdadero yo: “hermano, hermano, hermano…”, y así hasta diez.Probó en varias fases, y definitivamente concluyó que con luna llena su necesidad llegaba a la máxima plenitud. En ese momento, un grito le brotaba desde allí dentro y se le escapaba del cuerpo aún con la boca cerrada, y extendía los brazos y las manos y los dedos, porque así eran diez gritos a la vez. Y diez eran los gritos que le conetestaban. Y cuando los recibía, cerraba los puños con fuerza, para interiorizarlos, para quedárselos para siempre. Eran su gran tesoro. Y también eran su necesidad. No entendía por qué no había luna grande y gorda todas las noches.
Llegó junio, y con él las noches más hermosas; las lunas más claras.
Noah se asomó esa noche, y ante el cielo estrellado y aquella redondez blanca, majestuosa, no lo dudó. Extendió sus manos hacia la luna, pero esta vez no gritó sus nombres. Esta vez su grito fue único. VUESTRO SOY. Puso un pie en el alféizar y se lanzó al vacío. Cuando sus padres oyeron el golpe y salieron a la calle, se les paró el corazón al ver a su niñito en la acera, ensangrentado. Corrieron, pero nada pudieron hacer. Se desplomaron.
.............................
Ya han pasado seis meses desde que Noah se marchara. Su madre sigue "arreglando" su habitación, como siempre. Todos los días se encuentra el cuento preferido de Noah abierto por el sitio en el que aparece aquel dibujo de la luna llena que ocupa toda una página, y una manada de diez lobitos en la otra, mirando a la luna, cada uno con su nombre colgando al cuello. Están muy tristes porque un hermano lobo se les ha perdido, y hasta que no aparezca, su mamá no volverá con ellos. La madre de Noah recuerda la cantidad de veces que le leyó ese cuento, y cómo le decía: “pobrecitos Noah, habría que hacer algo para ayudarlos. Ojalá que aparezca el hermanito porque si no se van a criar solos y eso es lo más triste que le puede pasar a alguien”.Mientras lo cierra se pregunta: “¿por qué demonios me dejo siempre este cuento abierto por aquí?
Sin darse cuenta lo coloca en la estantería.Y otra más. Otra cosa más que hace, sin darse cuenta.
E.Q.B.
lunes, 18 de septiembre de 2017
CRACK...
L
a
coge con sus propias manos y la parte en dos, y suena “crack”. Es el ruido que
nunca quiso oír, el ruido que nunca esperó oír.
Tumbado boca arriba, aún con los ojos abiertos y con el cuerpo como un colador, está su amigo del alma, el que le convenció para apuntarse, el que le sugirió que le siguiera: “nos vamos a forrar, hermano”, dijo. “Dos guerritas más y para casa”. Ahora, él debía mandar la mitad de la chapa a su viuda. Le acaricia los ojos mientras se los cierra y le agarra el mentón suavemente para besarlo en la boca. “Esta ha sido tu última hermano. Para mí es la primera. Me quedan todas hasta llegar a ti. Espérame”.
E.Q.B.
Tumbado boca arriba, aún con los ojos abiertos y con el cuerpo como un colador, está su amigo del alma, el que le convenció para apuntarse, el que le sugirió que le siguiera: “nos vamos a forrar, hermano”, dijo. “Dos guerritas más y para casa”. Ahora, él debía mandar la mitad de la chapa a su viuda. Le acaricia los ojos mientras se los cierra y le agarra el mentón suavemente para besarlo en la boca. “Esta ha sido tu última hermano. Para mí es la primera. Me quedan todas hasta llegar a ti. Espérame”.
E.Q.B.
miércoles, 2 de agosto de 2017
Permitidme esta licencia...
Permitidme esta licencia.
Estaba el otro día leyendo un
texto reciente acerca de la evolución de las especies y se me originó un gran
conflicto. Hablaba de la evolución de los seres humanos, y de los seres
pertenecientes a un grupo de individuos homogéneos. Y ahí nació mi desasosiego.
Porque al tratar un tema tan trascendental para nosotros y nosotras como éste,
no se decía seres humanos y humanas, ni tampoco grupo de individuos e
individuas homogéneos y homogéneas. Lo analicé durante un tiempo y llegué a la
siguiente conclusión:
En el transcurrir del tiempo que
toda evolución conlleva, los humanos y las humanas, que somos los que tenemos,
y las que tenemos, la capacidad de verbalizar lo razonado, nos hemos
involucionado terriblemente. Porque escribir lo anterior distinguiendo entre
sexos me ha costado literalmente un tiempo precioso, tiempo que multiplicado
por el que deben gastar todos y todas en sus escritos, en sus debates y
reflexiones, es posible que llegue al infinito.
Como resulta que además de ser
mujer, de estar por supuesto del lado de las mujeres razonables, y de defender
el feminismo tal y como lo define nuestra REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA (ideología
que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres)
considero que gastamos un tiempo precioso en trivialidades que desvían nuestro
gasto de energía, el nuestro, el FEMENINO, en querer establecer normas de “pacotilla” en vez de
enfocarla enterita en conseguir esa igualdad de DERECHOS (económicos,
laborales, de reconocimiento profesional, etc, etc).
Porque: ¿qué derecho conseguimos
por escribir y verbalizar todos y todas, humanos y humanas, compañeros y
compañeras? ¿Qué peso tiene ese derecho que nos compense del tiempo perdido?.
Seguro que alguien tiene una
explicación convincente. Os invito a que me la hagáis llegar.
Como no pierdo el tiempo en
distinciones verbales sexistas, puedo permitirme el lujo de leerlas,
analizarlas y hasta, si es posible, cambiar de opinión.
Muchas gracias
E.Q.B.
miércoles, 26 de julio de 2017
Juegos de guerra
E
E.Q.B.
stoy sentado en el sofá delante de una supertele plana que
me encanta. El sofá mola. Es reclinable. El tacto es suave, suave. Dice mi
madre que mataron a un montón de vacas para tapizarlo.
La tablet que me regaló mi padrino el otro día por mi cumple no deja de sonar baja de batería. Puff, tengo que conectarla, pero no me apetece levantarme; menos mal que tengo más de veinte juegos en mi Iphone negro.
La tablet que me regaló mi padrino el otro día por mi cumple no deja de sonar baja de batería. Puff, tengo que conectarla, pero no me apetece levantarme; menos mal que tengo más de veinte juegos en mi Iphone negro.
Vaya rollo de programa que está puesto. Creía que eran
dibujos. Pero no. Parecen niños, como yo. ¡Ah no!. Estos son de esos que no tienen
cosas y con las tapas de los botes se fabrican unos juguetes con un palo que
ruedan. Anda, ¡qué chuli!. Están jugando a esa tontería al lado de soldados que
llevan uniformes y fusiles igual que los de mi juego. Esos que cortan cabezas y
parten los cuerpos de los enemigos. Es mi juego favorito.
-“Rosa, Rosa, ven a enchufarme el cargador de la Tablet. - ¿Qué dices?, ¿que estás haciendo qué? - Me da igual. Ven ahora mismo que te lo mando yo. Tengo ocho
como si tengo veinte. Tengo que jugar a un juego que tengo en ella.- Estás tardando. ¡Cómo me tenga que levantar lo mismo te
tragas el palo del cepillo ese con el que haces lo único que sabes hacer!. - Mamá, mira, ven a ver a lo que juegan estos niños pobres.
Yo quiero estar ahí, al lado de esos soldados que son los de mi juego ese de
guerra. - ¡Ah!, y despide a Rosa, que no ha venido a ponerme a cargar
la Tablet".
E.Q.B.
jueves, 29 de junio de 2017
A mi amigo Juan, El Gaditano....
E
stando Don Juan asomado
A la ventana de su castillo,
Ve aparecer a un chiquillo
Que va bien disfrazado.
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Don Juan- ¿Dónde
vas, loco arlequín,
Por mi jardín
agachado?
Chico- A cantar cumpleaños feliz
A Don Juan El
Gaditano.
¿Sabéis vos quién
es
El del nombre comentado?
Don Juan- Sí
lo sé, ¡Oh pardiez!
¿Quién osa
preguntallo?
Chico- No
soy yo, es mi ama,
Que se quedó en
esa esquina.
Su nombre es
Erundina.
¿Os suena la
cuita dama?
Don Juan- ¿Que
si me suena? Y me resuena,
Bien conozco a la
señora,
Que te desmonta
en una hora
Lo que te comiste
en la cena.
Chico- ¡Ah!,
pues dice que le cante
Las mañanitas
mexicanas.
Ella se queda con
las ganas,
Pero se evita el
desplante.
Don Juan- Decidle
a vuestra ama
Que no sea tan
cuidadosa.
Ya me salí de la
cama.
Las mañanitas son
otra cosa.
Si desea
felicitarme,
La espero con
mucho gusto,
Y aunque solo me
vea el busto,
Que no dude en
halagarme.
Chico- Salga
Usted, mi señora,
Y no repare en
los daños,
Que aunque ya no
sea hora,
Acepta el
cumpleaños.
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Aparece en escena Erundina
Saltando entre la hierba.
No, no se trata de una cierva,
Ni de una hembra equina.
Hasta la ventana llega
Dispuesta al gorgorito,
Mas el gallo sale solito
Y el cumpleaños se la ciega.
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Don Juan- Dejadlo querida amiga
Don Juan- Dejadlo querida amiga
Que me doy por
felicitado.
Cantad si queréis
sin cuidado
Debajo de aquella
cagiga.
Pues la intención
es lo que cuenta,
Y hasta aquí
habéis llegado.
Y a un chiquillo
habéis usado,
Que disfrazado se
presenta.
Dama- ¡Ay
Don Juan, qué alegría!
Tras saltar el
reguerillo,
Quise cantar un
fandanguillo,
O mejor una
bulería.
Pero pensé, ¡qué
puñeta!
Pues no se alarga
ni ná esta historia,
Que se lo cante
“La Antonia”
Ya que es tan
coqueta.
Y por eso,
querido amigo,
Mandé al chico
por delante,
Y si eso, que ya
él cante.
Que lo hace sin
descuido.
Y acabo la
felicitación.
Venga y estreche
mi mano,
Amigo Don Juan,
El Gaditano.
El año que viene,
OTRA CANCION…….
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